Recital poético, Carmen Carrasco. Guitarra: Patxi Moreno
Carmen Carrasco nace en Melilla. Allí cursa sus estudios de bachillerato y Magisterio y, finalizada la carrera, es destinada a diversos lugares de la Península donde impartió sus enseñanzas como maestra. Actualmente reside en Valencia.
Siempre ha escrito poesías y pequeñas obras de teatro para sus alumnos, pero su vocación poética ha sido tardía ya que empezó a escribir más en serio desde hace relativamente poco tiempo. Pertenece a la Agrupación Literaria Amigos de la Poesía. Al Ateneo Blasco Ibáñez, y a la Buhardilla. Colabora semanalmente en el periódico «Melilla Hoy», así como en la revista trimestral de la Casa de Melilla en Valencia, y en alguna que otra publicación esporádica, tanto en los géneros poético como narrativo. También da recitales en radio, centros, Casas Regionales, etc.
Ha tomado parte en las antologías: «Segundo peldaño» y «Celebración de la Palabra», de Amigos de la Poesía. «Diez años de Poesía», Casa de Melilla. En la colección «Algo que decir, Volumen I y II», de ediciones Ateneo Blasco Ibáñez. En la antología «Palabras al viento», Centro de Estudios Poéticos. «Mapa infantil para un juego de Damas», Plataforma de Infancia. Y «Roquedal azul», patrocinado por la Consejería de Cultura de Melilla. Su poemario «Eternos sentimientos», colección Senia de Amigos de la Poesía, es su primer libro como autora en solitario, siendo «Versos a la Naturaleza» el segundo.
En su incipiente currículum ha obtenido los siguientes premios: «Don Pedro de Estopiñán», Casa de Melilla en Valencia, años 2004, 2005, 2006 y 2008. «El Poeta en su Voz», de Amigos de la Poesía, año 2005. Finalista en el «Certamen Poético y Literario Castilla-La Mancha», año 2007. Primer premio en el «Primer Certamen de poesía Navideña», de Poesía del Mediterráneo, año 2006. Finalista en el Certamen de Estudios poéticos, año 2010. Y Mención honorífica en el certamen de poesía Casa de Ceuta en Barcelona, año 2010.
La poesía para ella es «Una exaltación de la belleza envuelta en sensibilidad. Sin esta cualidad no puede escribirse un auténtico poema.»